La primera composición marca un tono aventurero propio de los años ochenta, una aventura con misterio y toques de comedia, representados por elementos como el skate o la gorra de «Cazafantasmas». Gracias al esquema triangular remarcado por las cañas, se remarca al personaje perdido en la jungla e iniciando una nueva aventura.

La segunda composición quiere ser mas sería tratando tonos psicológicos propios como el juego y la adicción. El tono se representa gracias a la expresión facial del personaje, en la que se puede observar desesperación así como los rasgos físicos palpables llevados de la adicción en la mirada. El esquema radial marca el caos propio de un juego de azar, las cartas mas contrastadas, los joker, apuntan al centro del rostro.